Hace mucho tiempo yo era una enfermera de impecable uniforme blanco. Después me convertí en la niña de una granja, y cuidaba a mis animalitos, siguiendo la secuencia de una locución en off. Me sentí tan especial cuando mi mamá me vistió con un monumental traje de colores, y sólo sabía que tenía que zapatear y zapatear. No puedo creer que aquella vez había bailado una danza típica de Cuzco. Una foto registra mis mejillas rosadas y un labial rojo en mis labios delgados apretados por la risa. Yo,  la última de la fila, antes de salir con mis compañeras a bailar un festejo en falditas cortas. ¿Qué será de sus vidas?, nunca las volví a ver. Era de la época donde todos te miraban, donde las fotos te rodeaban, donde cada uno de tus movimientos eran celebrados hasta las lágrimas. Epocas donde eras para tus padres, su mayor orgullo. Recuerdos del nido que asocio al lado de mi hermana, a veces en instantáneas agarradas de la mano. Hay una foto con nuestras Misses, la única, ellas felices, y nosotras, agarrándolas de la mano pero con el cuerpo ladeado con ganas de escaparnos a jugar.  Qué pena que no recuerdo sus nombres, quizá Mariella se acuerde aún. Lo que sí debe recordar mi hermana es que bailó tan bien y tan concentrada  una pieza que negroide que ya había acabado la pista y ella seguía moviendo las caderas mientras los papás celebraban y sus amiguitos se mataban de la risa. Y a estas alturas ya no creo que le dé tanto roche. Igual hay una foto que lo comprueba. Son momentos que los guardo tan bien en mi corazón, y que se repiten con mis hijos.

Estas letras vienen de una nostalgia anticipada. Se acaba el año, y los gemelos acaban su etapa de kinder. Sólo les queda la actuación por la Navidad. Este último sábado bailaron una sabrosa salsa. Simplemente espectacular. También hicieron de John Travolta en el Día de los Abuelos, de hombres arañas eléctricos en el día de la Primavera, pero fue con la caracterización de Menudo en el Día de la Madre que empezaron a ser la sensación en el nido con sus pasos de baile locazos. De antología. En verdad, ellos y sus amiguitos nos regalaron días muy especiales, desde que fueron pollitos, perritos, vaqueros, charros hasta las coreografías que ahora nos sorprenden.

Me queda el trabajo de imprimir estas fotografías. Ignacio y Gael pronto empezarán el cole. Cuando sean más grandes las verán y recordarán la salsa cubana, la música disco o el ritmo de saya que bailaron, y se matarán de risa, así cuando mi hermana y yo lo solemos hacer cuando vemos el álbum de fotos de mamá.



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BYE BYE PAÑALES !


CUANDO EL ÚLTIMO HOMBRE DE LA CASA EMPIEZA A USAR CALZONCILLOS...


Mis hijos demoraron un poquito en dejar los pañales. Los gemelos lo hicieron a los tres años. Alessio lo acaba de hacer a los dos años y siete meses. Como es sabido para los padres, el que los niños aprendan a ir al baño es un acontecimiento del mundo mundial. Mi casa estuvo de fiesta.
Todo empezó cuando su Miss Evelyn nos animó a iniciar el entrenamiento. Yo ya le quitaba los pañales los fines de semana, obviamente con resultados infructuosos que se hacían notar por todos los rincones de la casa. Andaba siempre con mi trapito a la mano. Eso era con el “número uno”, pero ni que decir con el “número dos”, los calzoncillos de prueba terminaban embarrados y algunos tuve que enviarlos a la basura por mi falta de ganas de lavarlos. Pero Alessio ya quería aprender. Tenía el ejemplo de sus hermanos, y cuando ellos iban a orinar, también los seguía apuntando su pipí al fondo del water. El proceso de control de esfínteres, que nos demandó vigilancia extrema a los horarios de Alessio en sus ganas de hacer “la caca y la pichi”, también nos iba a significar un ahorro. En el caso de los gemelos, mi esposo y yo gastábamos en pañales un promedio de 200 soles mensuales. En el caso de Alessio, un poco más de la mitad. Ya tenía que aprender!.Alessio iba al nido en calzoncillos y el entrenamiento estaba teniendo buenos resultados. Aprendió rápidamente a pedir pí , le faltaba el otro asunto. Tuve que viajar a Cuzco por trabajo, y la mejor noticia que recibí de casa fue una conversación por wasap que tuve con mi esposo (quien fue el verdadero artífice de que los gemelos , y ahora Alessio, logren dejar los paños desechables) :


“ Yo: …..Alessio hizo caca?Tony: si, sentado en el wáter. Ya aprendióYo:  Siiiiiiii, como es que lo hizo sentado?Tony: Nada, hizo pichi y se quiso sentar y ahí hizo caca”


De todas maneras, a mi hijo le costaba al principio pedir. En casa, mientras cocinaba, fue corriendo a buscarme y empezó a pujar para que vea que tenía ganas. Lo llevé, lo senté en el water, pujó y salió. Llamé a sus hermanos y a su papá para que vengan al baño. Alessio mostró contento su logro. Todos aplaudimos mientras veíamos el excremento pasar al fondo del inodoro. Y así, cada vez que tiene una evacuación, llama a sus hermanos, les dice mi ! mi ! (mira) caca, caca !, decimos todos wow que bien!, despedimos a la caca y aplaudimos. A Alessio cada vez le cuesta menos ir al baño. Ya está dejando de ser un bebé. Terminó la era de pañales en mi casa. Los niños están creciendo !!







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