APRENDIENDO A ALIMENTARME

Definitivamente el asunto del embarazo es todo un tema. Parece que a partir de los seis meses abundan las recomendaciones, como me lo demostraron en una charla de nutrición para madres gestantes a la que asistí. Lo que aprendí es que el calcio y el hierro son muy importantes, lo sabía, pero no tanto. Por ejemplo, las embarazadas deben tomar por lo menos 1300 miligramos de calcio al día. Para aquellas que como yo no toleran la leche, eso equivale a cuatro tazas de yogurt al día. Demasiado para mi gusto.

Sobre el hierro, me enteré que hay alimentos que tienen más de esta proteína que las lentejas, como la sangrecita de pollo cocida, el bazo, el pulmón (no tan agradables para mi, excepto los anticuchos), de ahi le siguen el hígado de res, la cojinova, el jurel, la espinaca, la lenteja y el toyo. Las comidas a base de hierro deben consumirse por lo menos dos veces a la semana

A los cincos meses de embarazo bajé a 9 de hemoglobina, un resultado desfavorable sobre todo para una futura madre de gemelos. Con las recomendaciones alimenticias y los sumplementos recomendados, a los seis meses y medio he subido a 12 de hemoglobina. Una cifra que hizo saltar de alegría a mi doctora. Si el consumo de hierro me ha dado buenos resultados, aún no se como voy en calcio, pues no estoy consumiendo muchos lacteos. Además de las pastillas, trataré de ponerle más atención a esta proteína. Me dijeron que la soyandina con calcio y sin lactosa es una buena alternativa. Lo tomaré en cuenta. Entre otras consecuencias, no quiero que mis dientes se vean afectados después, por mi bien y por el bien de Ignacio y Gael.

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